Inventízate III - Abril 2018 - 00:00.

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—Mierda, no es tan difícil. ¡Aprieta el gatillo de una puta vez!

Le temblaban las manos. Estaba encañonando al desgraciado de su marido, atado y amordazado, que la miraba horrorizado.

Ella cerró los ojos. Quizá pensó que resultaría más fácil.
—¡No, no!  ¡Así no! —le regañé—. Tienes que mirarlo mientras lo matas.

Suspiró y bajó el arma.

—No puedo —susurró mientras resbalaban lágrimas por sus mejillas.

Me acerqué y la observé un momento. Solté una risilla y le arrebaté el arma de las manos.

—Este hijo de puta lleva toda la vida pegándote palizas y tirándose a todas las que ha podido —le dije señalándolo—, se merece un puto tiro en la cara.

Ella empezó a sollozar. Por fin se había dado cuenta de que las cosas no iban a acabar bien. De que estaba tratando con un tarado. Le regalé una sonrisa para confirmarlo.

—Por amor de Dios, yo…

—Si Dios existiera —le corté—, tendría que calcinar a este cabrón con su puto rayo divino. Cuando os casasteis juró amarte y protegerte... ¿Es que no lo ves?

—Pero... yo... aún le quiero —gimoteó ella.

—¿Qué aún le quieres? Joder, eres imbécil —dije enfadado—  ¡Le estas quitando toda la diversión! Tendrías que matarle tú.

Miré el reloj. Se me hacía tarde y la situación estaba empezando a aburrirme.

—¿Quién prefieres que muera primero, él o tú? —pregunté tranquilo.

—¿Qué...? —consiguió articular ella. Suspiré irritado.

—Mira, da lo mismo —dije disparando a su marido en la cabeza y apuntándole a ella.

Lanzó un pequeño grito. Ladeé la cabeza como un perrito y la miré con cara de pena.

—Por favor, no me mates…—suplicó—,  no diré nada.

Le sonreí con ternura. Pobrecita, qué ingenua era. Sacudí la cabeza.

—Ese momento ya ha pasado. Ahora ya no hay otra opción.

La miré a los ojos, quería que fuera un momento íntimo. Sin darle tiempo a decir nada más apreté el gatillo. En realidad, nunca había habido otra opción.

El estruendo del disparo dejó paso al más absoluto silencio.

Tocaba el trabajo sucio. Era casi medianoche cuando terminé de colocar los cuerpos. Observé la escena satisfecho. Todo estaba como yo quería. Cogí el móvil desechable y cuando el reloj digital marcó las doce, tecleé el número.

—Inspector Sánchez al aparato —contestaron al otro lado.

—Hola Jota —dije. No tardó en reconocerme.

—¡Hijo de puta!, ¿qué has hecho esta vez?

Sonreí. Era listo, me gustaba.

—Te va a encantar —dije eufórico, convencido de que sólo él podía apreciar mi trabajo.

—¿Cuantos has…?

—No quiero estropearte la sorpresa —le corté—, tendrás que venir a verlo.

Dejé el móvil en el suelo mientras escuchaba maldiciones al otro lado de la línea.

Eché el último vistazo. Cada vez lo hacía mejor: la pose eran tan cotidiana que parecían estar todavía vivos.

Salí y cerré el portón con cuidado. Empecé a pasear por el puerto, con la luna llena como compañera.

No tardarían en localizar la llamada y todo aquello se llenaría de gente.

Para entonces yo ya estaría lejos. A salvo. Planeando mi próxima travesura.


Mayo 2018 - ¡Qué me dices! https://www.literup.com/contest/4

Requisitos:
a. El género literario del relato debe ser suspense. (No cumplido)
b. El/la protagonista debe ser un/a asesino/a. (Cumplido)
c. Un personaje debe ser infiel a su pareja. (Cumplido)

Puntuaciones: 8/10 - 6/10 - 6/10 (14.52PX)
Puesto 13/17

Enlace a los 17 relatos participantes: https://www.literup.com/contest/trial/28


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