Escritura y Creatividad UPZ - Ejercicio 6 FICHA/RELATO/ESCENA

*Nota* Este ejercicio consta de tres partes que hay que leer juntas por lo que las voy a colocar en la misma entrada

    1-La realización de la ficha a dos personajes que serán los protagonistas de vuestro relato
    2-La escritura del relato de 350 palabras.
    3-La escritura de una escena narrativa en la que intervienen los dos protagonistas (200 palabras).


Ejercicio 6.1 - Las fichas

FICHA I - Aaron

  • NOMBRE: Aaron Gutierrez Sosa
  • EDAD: 30
  • PROFESIÓN: Está en paro, se sustenta a base de hacer “trabajillos” o chanchullos, normalmente fuera de la ley.
  • ESTADO CIVIL: Soltero, aunque siempre tiene algún ligue.
  • HIJOS: Ninguno, al menos que él sepa.
  • AFICIONES: Aparte de salir de juerga, jugar al póker y meterse en peleas, le encanta tocar la guitarra acústica y dibujar. Pero esto último no lo reconocerá nunca.
  • DESCRIPCIÓN FÍSICA: Alto y delgado, pelo castaño corto, de aspecto bastante desaliñado. Ojos marrones y expresivos y una gran cicatriz en la ceja derecha. Suele llevar pantalones vaqueros, deportivas y camisetas. Lleva un tatuaje en el antebrazo izquierdo de un dragón marino que se hizo en honor a su madre.
  • DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Desde fuera, es el típico macarra que pasa de todo y que está siempre metido en líos. Es una coraza que se ha creado para evitar mostrar lo que siente. Hace ver a los demás que es duro e ignora sus problemas, porque así puede fingir que no los tiene y que su vida es aceptable.
  • HISTORIA DE LA INFANCIA: Nace un 28 de diciembre, en el hospital de San Jorge, en Huesca. El sale unos minutos antes que su hermana melliza, Lucía, por lo que se considera el hermano mayor. De pequeños se llevan muy bien, son inseparables. Todos los recuerdos de su infancia con ella son maravillosos. Su padre desaparece cuando tienen tres años, lo que hace que los recuerdos de él sean vagos, pero muy agradables. Siempre ha pensado que su desaparición debía tener una razón de peso. La falta de la figura paterna hace mella en su comportamiento, empieza a ser desobediente y a portarse mal en el colegio.
  • HISTORIA DE LA JUVENTUD: A base de suspender, deja los estudios en cuanto puede y se empieza a juntar con malas compañías. Comete pequeños delitos, algún timo. Se mete en temas de juego ilegal. La cosa empeora cuando a los 25 años su madre fallece de un accidente. Sin ese faro, se pierde y empieza a beber y consumir sustancias poco recomendables. Se intenta alejar de su hermana, que es la única familia que le queda, porque sabe que va a terminar haciéndole daño. Pero ella sigue figurando como su contacto de emergencia.

FICHA II - Lucía

  • NOMBRE: Lucía Sosa Gutierrez
  • EDAD: 30
  • PROFESIÓN: Trabaja en una gestoría, como administradora de fincas.
  • ESTADO CIVIL: Soltera.
  • HIJOS: No.
  • AFICIONES: Escuchar música clásica, leer, hacer deporte. Y también dibuja, aunque le da mucha vergüenza enseñar sus dibujos.
  • DESCRIPCIÓN FÍSICA: Delgada y de pelo castaño largo y liso. Tiene unos bonitos ojos marrones y un lunar en la mejilla, justo en el mismo sitio donde lo tenía su madre. Lleva siempre un colgante con una piedra de lapislázuli que ella le regaló. Viste de forma sencilla, pero siempre limpia e impecable. No le gusta llamar la atención.
  • DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Es una persona con carácter, algo gruñona. Suele decir lo que piensa, y siempre cree tener la razón. Gracias a mucho trabajo, y a su psicóloga, ha conseguido estar contenta consigo misma y ser una persona de provecho. 
  • HISTORIA DE LA INFANCIA: Al igual que Aaron, su hermano mellizo, nace el 28 de diciembre, en Huesca. Y aunque en principio es la pequeña por nacer unos minutos después, siempre se considera más madura. La relación con su hermano durante su infancia es muy buena. No tiene ningún recuerdo de su padre, que los abandona al poco de cumplir los tres años. Su madre es la que lucha para sacarlos adelante ella sola, y se convierte en un ejemplo a seguir. Se aplica mucho en las clases, para ser la mejor y que esté orgullosa de ella.
  • HISTORIA DE LA JUVENTUD: A medida que va creciendo, crece también el odio por su padre. No entiende cómo ha dejado sola a una mujer tan maravillosa, y a sus dos hijos pequeños. El odio llega hasta tal punto que en cuanto cumple los dieciocho decide cambiarse el orden de los apellidos, para que el de su madre aparezca primero. Aunque le hubiera encantado estudiar bellas artes, decide ser responsable y estudiar un módulo de administración para tener un trabajo y ayudar en casa. La relación con su hermano se va enfriando, hasta que con la muerte de su madre, casi desaparece. Solo sabe de él cuando tiene algún problema. Le fastidia, porque en el fondo lo sigue queriendo y lo echa de menos.

Ejercicio 6.2 - El relato

Te equivocas, hermanito.

El policía observó a la pareja, luego a sus identificaciones y levantó la vista de nuevo hacia ellos. No cabía duda de que eran hermanos, mismos padres, misma fecha de nacimiento. Y el parecido era innegable. Pero los apellidos…
—Si son mellizos, ¿por qué…? —empezó a preguntar.
Lucía le interrumpió. Odiaba perder el tiempo.
—Me cambié el orden de los apellidos. —Hizo una pausa y miró al agente para ver si era suficiente, pero por su rostro estaba claro que no—. Mi madre fue quien nos crio, por lo que decidí que lo lógico es que su apellido estuviera delante.
El policía, algo confuso, miró a Aaron que tardó más de lo normal en darse cuenta de que quería escuchar su versión.
—Yo no toqué mis apellidos —se limitó a decir encogiéndose de hombros.
—Bien —continuó el guardia sin estar satisfecho del todo—. Como ya saben, les hemos llamado, porque hace un tiempo…
—Veintisiete años —musitó Lucía.
—... sí…, hace veintisiete años recibimos una denuncia de desaparición a nombre de Lucas Gutierrez. Y, bueno, esta mañana ha aparecido un hombre desorientado, con su documentación, —miró a ambos durante unos segundos—, no quiero que se hagan ilusiones, puede ser que alguien se la haya robado. Pero, la verdad, es que la descripción concuerda. Si esperan aquí, por favor. —Se dirigió a la puerta.
—¿Ilusiones? —dijo Lucía indignada en cuanto salió —¿de qué va?
—Venga, hermanita, ¿de verdad no tienes curiosidad de saber si es papá?  ¿Preguntarle qué pasó?
—¿Qué pasó?, que vio que la cosa le venía grande, se asustó y huyó como un cobarde. Eso es lo que pasó.
—¿Y si era un espía? ¿Y si lo secuestraron? ¿Y si…?
—Eres un idiota, Aaron ¿Tan difícil te resulta entender que nos abandonó por que no nos quería?
Aaron torció el gesto. No era así. Había algo más. Tenía que haber algo más. Era lo que había pensado durante toda su vida. En este tema nunca estarían de acuerdo.
A la par que se abría la puerta, el corazón de los dos hermanos se aceleró. Tragaron saliva  y ambos pensaron exactamente lo mismo: Por fin iban a demostrar que tenían razón.

Ejercicio 6.3 - La escena

¡Guau!

Esa mañana la pequeña comisaría estaba tranquila. Lucía aguardaba en la salita de espera, estaba inquieta pues no tenía ni idea de por qué la habían llamado. Se alisó la falda y miró a su alrededor: estaba sola y, aparte de los sillones de cuero gastado y una planta de plástico, aquello estaba vacío. El fluorescente iluminaba las paredes blancas de las que colgaba un cartel protagonizado por un perro que rogaba al lector que “guaurdara” silencio. No pudo evitar sonreír, esas tonterías le hacían gracia.
La puerta, que quedaba a su espalda, se abrió y escuchó una risotada.
—“Guaurden Silencio” —leyó el recién llegado.
Reconoció su voz al instante. Hacía tiempo que no sabía de él, pero ya le cuadraba todo. ¿Cómo no había caído antes? Estaba en comisaría porque el imbécil de su hermano se había vuelto a meter en problemas.
Él sonrió al verla.
—¡Luci!, ¡qué alegría!
Ella se cruzó de brazos y suspiró disgustada. Estaba harta. 
—¿Qué has hecho esta vez, Aaron? —le preguntó airada.
La cara del chico se iluminó y se sentó a su lado.
—¡Madre mía!, no te han dicho por qué estás aquí —respondió incrédulo sin parar de sonreír. Ella, desconcertada, negó con la cabeza—. Han encontrado a papá.

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