Taller de Novela UPZ - El tesoro


    Te despierta un cosquilleo en el hombro, yaces sobre la hierba fresca. Las cosquillas bajan por el antebrazo, te incorporas y localizas al culpable, un pequeño insecto que ha salido a explorar. Cuando lo tocas se hace una bola que se escabulle rodando para perderse en el césped. Te sientas despacio, te duele todo. ¿Cómo has llegado hasta ahí?. Tus recuerdos están borrosos. Miras a tu alrededor, el prado se pierde en el horizonte, cientos de flores salpican el verde y lo tiznan de colores tan vivos que parecen irreales. Cierras los ojos, alzas la cabeza para sentir los cálidos rayos del sol y la agradable brisa primaveral en tus mejillas, respiras lentamente y el dulzón aroma de los árboles frutales te invade, al abrirlos, contemplas un asombroso arcoíris que surca un cielo azul y despejado. Te preguntas si has muerto, si estás en el paraíso.


    —¡Vaya, vaya! —Una voz a tu espalda te sobresalta. Te giras y ves a un joven pelirrojo bajito que te observa con seriedad. Viste unos vaqueros rotos, unas deportivas sucias y una sudadera verde remangada. Al cruzar los brazos muestra un tatuaje de un trébol de cuatro hojas. Lleva un ojo amoratado y un corte en el labio. Algo se mueve en tu mente, miras tus manos y al notar los nudillos enrojecidos se te encoge el estómago, ¿has sido tú?. Sonríe al percatarse de tu desconcierto.


    —Sí, me has atizado fuerte. —Se frota la cara y se te coloca enfrente—. Aunque tú también te has llevado lo tuyo. —Te guiña un ojo y te da la mano, con su ayuda te pones de pie. Los recuerdos se arremolinan en tu mente  ansiosos por salir. Te mira y ladea la cabeza—. No te acuerdas de nada, ¿verdad? —Vuelve a sonreír—. Te has dado un buen golpe al caer.


    —¿Al caer? —preguntas sin comprender nada—, ¿caer?, ¿de dónde?


    Mira hacia arriba, lo imitas por inercia. Al observar de nuevo el arcoíris las imágenes vienen a tu mente como una película.


    Era una noche fría y lluviosa. Habías salido del bar a tomar el aire cuando te atrajo un destello en el suelo, te agachaste para recoger una moneda dorada con intrincados grabados, no parecía valiosa, pero era tan bonita que la guardaste en el bolsillo. De repente alguien se abalanzó sobre ti y empezó a golpearte.


    —¡Mi tesoro! —gritó agarrándote del pelo. No sabías que quería ni por qué se comportaba así. Te zafaste como pudiste, le diste un puñetazo y comenzaste a correr. Tras una larga carrera volviste la cabeza para comprobar que el joven pelirrojo te seguía de cerca, en ese momento se te antojó como un pequeño duende psicópata sacado de las leyendas. De esos que escondían ollas repletas de oro al final de los arcoíris. Con el corazón en un puño aceleraste el paso y entonces tropezaste.


    Ahora lo entiendes. Miras al duende  y le ofreces la moneda. Le dirige una fugaz y ávida mirada y niega con la cabeza.


    —No, es tuya. No he podido atraparte. —Habla con tristeza, como si renunciara a su bien más preciado. Te encoges de hombros y la guardas. —Deberías volver. Tus amigos te estarán buscando.— Sonríe y chasquea los dedos.


    Te despierta un cosquilleo en el hombro, es uno de tus amigos.


    —¡Vaya pedo!, ¡Te has sobao en la calle! —grita mientras te hace una foto—, ¡ésta pal Instagram!

    Ha dejado de llover y un pequeño arcoíris aparece entre los edificios. Te levantas entre risas, van a ser semanas de burlas, pero te sientes feliz al palpar en tu bolsillo una pequeña silueta redonda.


Ejercicio Taller Novela UPZ - Partiendo de la tirada de dados, escribir una historia de máximo 600 palabras en la que aparezcan tres de los cuatro dados.

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