Iniciación a la escritura creativa UPZ - Dos vueltas de llave.



Paseaba por un campo verde salpicado de amapolas. La hierba fresca acariciaba sus pies descalzos y los rayos del sol besaban sus mejillas. Aspiró y el aire dulce llenó sus pulmones. De pronto el cielo se cubrió de nubes y un sonido estridente lo envolvió todo. El mundo empezó a desaparecer para dar paso a otro más oscuro y sombrío. 

Soltó un gruñido, dio un manotazo a la mesilla y volcó la lámpara. Abrió los ojos y se frotó la mano dolorida.


Se incorporó de mala gana para sentarse en la cama. Cogió el despertador, eran las seis y cinco, lo apagó y con un sonoro bostezo lo dejó en su sitio. Intentó saborear la plácida sensación de su sueño antes de que se desvaneciera.


Un roce en sus pantorrillas le hizo mirar abajo. Charlie, su gato gris, venía a saludarle. Sonrió y le rascó la cabeza  


—Que bien vives. ¿No irías hoy a trabajar por mi?


El gato maulló.


Se levantó y fue al baño. Se metió en la ducha y esperó a que el agua se calentara, leyó la etiqueta del nuevo gel mientras se enjabonaba. Prometía una refrescante experiencia con aroma tropical a coco. Inspiró, no tenía claro a qué olía, pero definitivamente no era coco. Se dispuso a aclararse cuando el agua empezó a enfriarse hasta salir helada.


Se envolvió en la toalla tiritando y fue a la cocina. Tropezó con Charlie. El reloj del horno marcaba las seis y diecisiete. Pulsó el botón de la cafetera y colocó su taza favorita. Necesitaba cafeína.


Salió hacia su dormitorio, mientras el olor del café molido impregnaba todo el piso. Volvió a tropezar con Charlie. Casi había terminado de vestirse cuando la cafetera pitó y corrió a la cocina poniéndose el zapato derecho. 


Charlie le miraba sentado al lado de su comedero que, aunque estaba lleno, no cumplía sus expectativas felinas. 


—Ni de coña, hasta mediodía no hay más comida.


Cogió la taza, vertió un poco de leche del brick de la nevera y se la bebió de un trago, la dejó en el fregadero.


Sacó el móvil, la aplicación de “El Tiempo” decía que iba a hacer calor, pero cogió el abrigo del perchero por si acaso. En la aplicación de “BusZgz” marcaba que el suyo llegaría a la parada en seis minutos. 


Guardó el móvil y comprobó que llevaba la cartera. Abrió la puerta, localizó a Charlie con la vista y la cerró con dos vueltas de llave.



Ejercicio curso de escritura creativa - Iniciación  - MOSTRAR: Escribir un relato de unas 350 palabras donde alguien describa todas las acciones desde que se levanta hasta que sale por la puerta

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