Iniciación a la escritura creativa UPZ - El fin del mundo


Últimamente he estado pensando mucho en el fin del mundo. Es una idea que siempre ha rondado mi cabeza, pero lo que ha sucedido hace que se me antoje inminente.

Apoyo la mano en la ventanilla para acariciar el cristal blindado. Me sorprende que sea tan rugoso y permito que las yemas de los dedos se enfríen hasta que empiezo a notar un suave cosquilleo. Sacudo el cuerpo por un escalofrío, el temporal está arreciando.

Todo había empezado hacía un par de semanas. Los pacientes del hospital donde trabajaba se habían recuperado milagrosamente. Todos ellos. Incluso el ala de paliativos se estaba vaciando en cuestión de días. Pero lo que para todos era maravilloso, para mí era un mal presagio.

Suspiro y observo la ciudad que estamos sobrevolando. Puedo ver los tejados de los edificios, pero, si agudizo la vista, se distinguen los coches como pequeñas hormiguitas ajetreadas. Desde las alturas todo parece normal y tranquilo y, aunque sé que no es así, me inspira parte de la serenidad que necesito. 

La primera fue una joven que ingresó muy grave. Pasó toda la noche debatiéndose entre la vida y la muerte. Les dije a sus padres que no sobreviviría, tenía demasiados daños permanentes. Sin embargo, salió por su propio pie. Mientras todo el personal aplaudía su salida, algo en mi interior me gritaba horrorizado. Nunca podré quitarme de la cabeza la voz de la madre cuando me llamó a los pocos días de darle el alta para decirme que su hija se comportaba de forma extraña. Le pedí que la trajera a la consulta.

Una fuerte ráfaga de viento zarandea al helicóptero como si fuera de juguete. Me agarro con fuerza a los asideros, aunque eso no evita darme varios golpes. Mientras el estridente pitido de alarma avisa que el aparato esta fuera de control, yo sólo escucho los latidos descontrolados de mi corazón bombeando en mi cabeza.

—¿Todo bien por ahí detrás? —preguntan desde la cabina al estabilizar el aparato.

Abro la boca para contestar, pero el sabor amargo de la bilis llena mi garganta. No estoy preparado para esto, nadie lo está. Es demasiado. Dolorido y asqueado cierro los ojos para controlar el vómito y asiento con la cabeza.

Me concentro en mi respiración y aspiro despacio por la nariz. El olor de la gasolina se mezcla con el de mi propio sudor creando un ambiente desagradable y rancio. Retengo el aliento y cuento hasta seis. 

Los gritos eran desgarradores. Los pacientes recuperados habían empezado a atacar a sus familiares que, a su vez, atacaban a cualquiera que se cruzara en su camino. El hospital era un auténtico caos cuando conseguimos ser evacuados.

El helicóptero se agita de nuevo y cierro los puños. Nos llevan a un lugar seguro. Pero yo creo que no existe ese lugar en el fin del mundo.


Ejercicio curso de escritura creativa - Iniciación  - La ventana: Escribir un relato de unas 400 palabras en primera persona donde el protagonista mire desde una ventana. En el relato tienen que aparecer los cinco sentidos.

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