—El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón —dice contemplando el suelo.
Golpeo la mesa con las palmas de las manos y suelto una risotada.
—El hombre de la gabardina —repito con sorna, suspiro y ocupo la silla vacía. Saco un cigarro y observo como el detenido acaricia sus muñecas esposadas. Le ofrezco el paquete de tabaco arrugado y sacude la cabeza, me encojo de hombros y enciendo el cigarrillo—, y ¿podrías describir a ese hombre? —pregunto tras la primera calada. Asiente.
—Era pequeño, escuchimizado, no le vi bien la cara, pero era muy blanco. Llevaba un sombrero como los de los mafiosos italianos gris claro y una gabardina también gris. Larga hasta los pies.
—¿Algo más? —pregunto exasperado mientras expulso el humo por la nariz. Se queda unos segundos pensando.
—Bueno… cojeaba al andar. —Alzo las cejas—. Sí —se apresura a continuar al ver que ha despertado mi interés—. De una forma muy rara.
No puede ser. Apago el cigarro, cojo mis papeles y me levanto.
—¿Puedo irme ya? —pregunta. Lo miro y sonrío.
—No sabes lo que había en ese sobre, ¿verdad? —le digo. Saco una foto de la carpeta y la arrojo sobre la mesa. El detenido abre mucho los ojos y palidece en una mueca de horror. —Exacto —le digo antes de atravesar la puerta—. Estamos hablando de asesinato.
Salgo con rapidez de la comisaría. Necesito que el aire frío me despeje.
Lo veo cada mañana en la cafetería, un tío canijo, enjuto y blancucho, sentado en la mesa del fondo, garabateando una libreta vieja. Invisible, de no ser por esa ridícula cojera que siempre acapara las miradas cuando se levanta a pagar la cuenta. Es él, estoy seguro. Y lleva semanas riéndose de mi.
—Inspector Miranda —escucho a mi espalda, me giro para descubrir a Ramírez. Está nervioso —, esta mañana alguien ha dejado un sobre en la oficina para usted. —Guarda silencio unos instantes antes de continuar—. Bueno… será mejor que vea usted mismo lo que hay dentro.
Lanzo una maldición y sigo a Ramírez a mi despacho. Esto solo acaba de empezar.
Ejercicio curso de escritura creativa - Avanzado -Deberes de verano: Escribir un relato que empiece por "El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón"
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