El profesor observa cómo los alumnos se van sentando en sus pupitres con presunta indiferencia. Son chavales de unos doce años de varias razas y procedencias. Suena el timbre que indica el comienzo de la clase y espera paciente a que se haga silencio, baja la intensidad de la luz led del aula hasta quedarse en penumbra y enciende el proyector holográfico que dibuja en el aire el logo de la marca del aparato.
—Hace exactamente 50 años, en julio de 1947, Mac Brazel y su hijo, encuentran en su rancho de Roswell, Nuevo México, los restos de un objeto cuya procedencia no saben identificar —empieza a decir—. Días después, se lo comunican al sheriff y los medios no tardan en hacerse eco de la noticia.
El logo en tres dimensiones que gira en mitad de la clase se sustituye por la imagen de un periodico cuyo titular reza: “Las fuerzas aéreas capturan un platillo volante un rancho en la región de Roswell”.
—El general Roger M Ramey, de la base de Fort Worth, Texas —continúa—, se desplaza hasta el rancho para analizar los restos y los identifica inmediatamente como un globo meteorológico.
La imagen del periodico cambia por la de un militar agachado en el suelo, por la perspectiva parece que esté ahí mismo, mostrando a los alumnos los restos del globo.
Puede escuchar una risilla, levanta la vista por encima de las gafas para ver las caras de sus alumnos alumbradas por las pantallas de sus dispositivos electrónicos de aprendizaje.
—¿Alguna duda por el fondo? —pregunta con retintín.
—Pero eso no es lo que pasó —dice con un marcado acento extranjero la vacilante vocecilla de un alumno.
—Por supuesto que pasó… —le corrige con seriedad, mientras un cuchicheo de incredulidad se apodera del aula. Espera a que se calme y continúa—. En enero de 1948, un general de la Guardia Nacional Aérea de Kentucky, avista otro objeto volante. Lo describe a la torre de control como “el reflejo de la luz del Sol en un objeto metálico y de un tamaño tremendo”. Lo empieza a perseguir y al llegar a los 9000 metros, pierde el conocimiento por falta de oxígeno y su caza P-51 cae en picado.
La imagen en tres dimensiones de un antiguo accidente aéreo sustituye a la anterior. Los alumnos la observan consternados.
—¿Alguien sabe decirme el nombre de ese soldado? —pregunta el profesor a sus alumnos esperando una respuesta. Varios alumnos levantan la mano, señala con la cabeza a la chica de tez grisácea que se sienta en la tercera fila.
—Se llama Thomas Mantel, ¡así se llama nuestro colegio!
El profesor asiente satisfecho y el proyector muestra otro titular con la foto del joven fallecido.
—-Dicen que lo que perseguía era un globo del proyecto Skyhook de estudio de los rayos cósmicos, un programa de la Marina, entonces secreto.
—¿Por qué intentaban ocultar lo que pasaba? —pregunta alguien de la última fila. El profesor se encoge de hombros y sube la intensidad de los led para poder ver bien a sus alumnos. Mira a Cred, el pequeño venusiano que le ha preguntado y le responde con una sonrisa.
—Los humanos siempre le han tenido miedo a lo desconocido.
Ejercicio curso de escritura creativa - Avanzado - Ucronía Escribir una ucronía.
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