Poesía UPZ - El Primigenio

Me desperté de un lugar oscuro con el cerebro vacío,
El frío suelo quemaba la piel que me quedaba,
Me levanté despacio y se me escapó un gemido,
Que sonó a muerte.

Mis huesos crujieron, dolieron,
Respiré y el aire me supo a tierra,
Había algo. Algo que antes no estaba,
Una nueva sensación. 

Una necesidad.

Me moví,
Lento. Torpe. Pesado.
Me arrastré.
Pero no encontré luz.

Cerré mis ojos rotos.
Grité hasta que se me rajó la garganta.
¿Quién había perturbado mi negro sueño?
¿Por qué estaba, otra vez, vivo?

Y entonces escuché la voz,
Hablaba rápido, palabras extrañas, 
Era el ser insignificante que me había invocado.
Lo aborrecí. Lo maldije. Lo descuarticé.

Satisfecho, dichoso y libre,
Una certeza me atravesó las tripas,
Ese mundo no estaba preparado para mi existencia.
Y otra vez esa sensación. 

Hambre.

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